La pandemia del coronavirus está dejando una herida enorme en nuestra salud mental, especialmente a partir del verano cuando el incremento de consultas ha sido “extraordinario” en todas las capas de edad, aunque de manera muy notable en niños y adolescentes, explica en Madrid Directo el doctor Luis F. Agüera, jefe de sección del servicio de Psiquiatría del hospital 12 de Octubre.
“Nos hemos enfrentado a una serie de retos que desconocíamos, similar a quienes tienen que enfrentarse a un conflicto armado”, sostiene el doctor. La pandemia ha alterado el día a día de una manera notable y las personas especialmente sensibles lo sufren más, continúa diciendo.
Niños y jóvenes son especialmente vulnerables ante la depresión y la ansiedad. Agüera recomienda estar atentos a posibles cambios en sus rutinas, aunque sean sutiles: dejar de comer, problemas de sueño, irritabilidad. “No siempre son fáciles de detectar, pero a la mínima duda hay que acudir a los profesionales”, recomienda el doctor.
Afortunadamente, el ser humano tiene una capacidad de recuperación muy alta, sobre todo los jóvenes. Según Agüera, este repunte de casos “nos pilla en una buena época de desarrollo de la investigación y del conocimiento de la psiquiatría, por lo que tenemos muchas herramientas para combatirlo”.
Garantizar el acceso a la atención psicológica y psiquiátrica es clave para minimizar o erradicar las secuelas de una enfermedad mental. De otra manera, si hay una falta de recursos, “muy probablemente será una generación con secuelas”, apunta el doctor.