Cómo actuar correctamente ante una conducta suicida
Redacción
La pandemia del coronavirus ha visibilizado los problemas de salud mental, que están más presentes que nunca en el debate social, aunque no podemos atribuirlos de forma reduccionista al confinamiento, explica en Madrid Directo Pedro Martín Barrajón, coordinador de la Red Nacional de Psicólogos para la Prevención del Suicidio: "Ha habido muchos factores que han agravado problemas de base como la violencia doméstica", asegura.
En algunos casos esos trastornos llevan a las personas que lo padecen al suicidio. La incidencia es especialmente grave entre los jóvenes y adolescentes: El suicidio es la principal causa de muerte en ese rango de edades después de los tumores. Según Unicef, 166 millones de jóvenes en todo el mundo tienen problemas de salud mental.
El bullying, el cyberbullying, la violencia doméstica, las separaciones de los padres, los retos virales, las rupturas sentimentales o los embarazos no deseados, son los precipitantes más frecuentes del suicidio entre los jóvenes y adolescentes, explica Martín Barrajón.
Las redes sociales han agravado el problema: “Antes, el maltrato en el colegio era de lunes a viernes hasta 5 de la tarde. Ahora se extiende las 24 horas a través de las redes sociales donde además, los acosadores se ensañan más”, asegura el experto.
DETECTARLO A TIEMPO
Los jóvenes utilizan algunas frases aparentemente intrascendentes que podrían indicar un caso de acoso, continúa diciendo Martín Barrajón: Esta noche he cenado pasta, mi madre me ha preparado mi plato de pasta preferida, o se me ha terminado el champú y el acondicionador a la vez, son algunas de ellas.
Otras señales que pueden indicar casos de bullying son que los niños lleguen con el material escolar deteriorado, que utilicen muchas pulseras o se tapen en exceso para ocultar autolesiones.
Si dejan olvidado el móvil a menudo o tienen cambios de humor cuando los consultan, son también reacciones a un posible acoso escolar.
QUÉ HACER ANTE UNA SOSPECHA SUICIDA
En nueve de cada diez casos, las personas que se han suicidado lo habían verbalizado previamente. Este detalle es fundamental para tratar de evitarlo porque, en muchos casos, los avisos no se toman como advertencias reales por parte de familiares o personas allegadas.
En estos casos debemos ser empáticos pero también honestos con la persona que quiere suicidarse. Debemos transmitirle que es algo preocupante, pero con tranquilidad, dejando que se desahogue sin reprochar ni intentar convencer de lo contrario.
En todo caso, se trata de acompañar a esa persona para ponerle en contacto con el primer eslabón asistencial, aclara Martín Barrajón.