Que los humanos tenemos manías es evidente, pero no todos sabíamos que los animales también los tienen, y especialmente los animales caseros, las mascotas.
Nuestros perros y gatos, por ejemplo, tienen sus manías que pueden llegar a convertirse en trastornos obsesivos compulsivos debido sobre todo a el estrés: moviimientos circulares, morderse el rabo, coger piedras en con la boca o incluso automutilarse.
Las manías no son necesariamente negativas, mientras no se conviertan en trastornos del comportamiento. En estos momentos, el coronavirus nos está poniendo a prueba a todos en este sentido.
La obsesión por la limpieza, la incertidumbre o la falta de relaciones sociales pueden convertirse en la tercera ola de la pandemia que tendrá más que ver con los problemas mentales que con la propia enfermedad.
Alicia López y Nacho Sierra, nos dan algunas pautas para convivir con nuestras manías y tratar posibles trastornos del comportamiento.