Hablamos con José María Lagarón, investigador del Instituto de Agroquímica y Técnica Alimentaria del CSIC sobre la mascarilla que han diseñado y que evita casi al 100% el contagio del coronavirus.
La clave está en el filtro de nanofibras, que no solo tienen una eficiencia de filtración muy alta de los aerosoles infectivos –a mitad de camino entre la FFP2 y FFP3-, sino que se autoesteriliza y desactiva los virus en aproximadamente dos horas, explica Lagarón.
Además, para mayor seguridad, el exterior de la mascarilla se puede desinfectar con un spray de alcohol, evitando así posibles contagios por contacto con las manos y otras superficies.
La mascarilla del CSIC, en sus diferentes versiones, está siendo un éxito comercial no solo en España: “Hay una versión biodegradable que ha suscitado mucho interés en países como Holanda y Alemania”, asegura el investigador. Se comercializa en algunas farmacias y a través de internet.