Un día más hablamos del precio de los carburantes que, semana tras semana, no para de subir. Se trata de la undécima subida consecutiva. Desde enero hasta esta semana, la gasolina ha subido más del doble, un 56%. En el caso del gasóleo, del diésel, el aumento es aún mayor desde enero, un 70%.
Llenar hoy un depósito de 55 litros no sale a unos 100 euros, según repostemos gasolina o diésel, 36 euros más en el caso de la gasolina y 41 euros más en el caso del gasóleo. Con este panorama, el gobierno ha anunciado una bajada del combustible, luz y gas para dentro de dos semanas, aunque no concreta cómo.
En otros países de Europa ya están moviendo sus fichas. En Francia hay un descuento de 15 céntimos por litro y en Polonia e Irlanda bajan el impuesto al combustible, lo que supone un ahorro de 12 euros del depósito. Otra alternativa es ahorrar a la hora de conducir: neumáticos, marchas e inercia son clave para gastar algunos euros menos.
Desde el Circuito del Jarama nos ofrecen los mejores consejos para ahorrar en lo que podamos el combustible de nuestro vehículo. Ernesto nos enseña a conducir el coche con alguna técnica que nos ayuda a consumir menos.
Antes de ponernos en marcha, nos tenemos que fijar en los neumáticos. Es fundamental llevarlo a la presión que indica el fabricante. Tan solo nos supone ir a la gasolinera para comprobar la presión de las ruedas y llevar la correcta.
También debemos evitar transportar cosas que no vayamos a utilizar, ya que muchas veces llevamos en el maletero cosas totalmente innecesarias. "Y no olvidemos, muy importante, hacer un correcto mantenimiento del coche".
En cuanto pongamos el motor en marcha y nos pongamos en movimiento, no hace falta estar al ralentí (el mínimo de revoluciones por minuto) porque es cuando más consume el coche. Enseguida podemos meter segunda. La idea es meter marchas largas en cuanto podamos para ahorrar dinero.
Para frenar, podemos aprovechar las circunstancias de la calle para no abusar del freno. Si levantamos con antelación el acelerador no hace falta que frenemos bruscamente o del tirón. Podemos bajar de cuarta a punto muerto sin necesidad de ir reduciendo poco a poco, así el consumo instantáneo es cero. Todo depende de la velocidad porque si pasamos por debajo de las mil vueltas sí que deberíamos reducir.
Hay que aprovechar mucho la inercia, tratar de que la velocidad de coche no fluctúe de máximos a mínimos. En cuesta abajo podemos levantar por completo el pie del acelerador para consumir poco. Llevar la ventanilla abierta es un error porque ofrecemos resistencia aerodinámica, mucho más que si ponemos la climatización del coche.