Por la Semana del Medio Ambiente, nos desplazamos a Prádena del Rincón, un pueblo de 162 habitantes con una Iglesia declarada Bien de Interés Cultural, una Necrópolis, un horno de campanas, fuentes de antaño y casas y calles por recorrer.
Conservar y restaurar los inmuebles para recuperar su valor histórico-artístico es el objetivo de las actuaciones desarrolladas por la Comunidad de Madrid en este tipo de bienes: iglesias, fuentes, fortificaciones o puentes son solo algunos de ellos.
La joya de la corona de Prádena del Rincón es la Iglesia de Santo Domingo de Silos, declarado como Bien de Interés Cultural el pasado 3 de agosto de 2021. Esta parroquia constituye uno de los ejemplos de arquitectura religiosa medieval más interesantes de la Comunidad de Madrid.
Cuenta con los dos estilos más característicos en las construcciones que se levantaron durante la etapa de repoblación de la zona, llevada a cabo durante el siglo XII y XIII: románico rural y mudéjar, por lo que adquiere una notable importancia tanto arquitectónica como histórica.
Bajo el pórtico, en el antiguo centro cultural del pueblo, se localiza una necrópolis rupestre medieval, que se relaciona con los primeros momentos de la repoblación y con la primera construcción de la iglesia. Está formada por 64 tumbas de tipo antropomorfo excavadas en roca, que se han fechado entre los siglos XII al XV.
"Esto es posible gracias a las subvenciones. Unas las solicitamos, otras nos llegan directamente de la Comunidad de Madrid. Si no tenemos subvenciones no podríamos restaurar porque con los pocos vecinos que somos la recaudación es muy baja", afirma Alejandro Romero, el alcalde. Sin lugar a dudas, estas ayudas han hecho descubrir la importancia del patrimonio histórico con el que cuenta Prádena.
Otro elemento de gran interés es el horno de fundición de campanas, situado junto al templo, fechado en la segunda mitad del siglo XVI. Se encontró enterrado y hasta ahora no se ha descubierto otro igual en toda España. Asimismo, el bar del pueblo cuenta con un horno tradicional donde se hacía antiguamente el pan.
A su vez, el antiguo Ayuntamiento se ha convertido en un centro de mayores donde están acercando las nuevas tecnologías a los vecinos del pueblo. Según nos cuentan, la pandemia ha hecho que la población aumente. "Éramos 125 y somos 162".