Cientos de ovejas y cabras, junto a sus pastores como Paco y perros mastines y de careo, caminan desde la sierra madrileña hasta los pastos del norte de España, concretamente hacia Palencia, donde pasarán el verano alimentándose y aprovechando las temperaturas más frescas que se registran en las zonas más altas, hasta regresar a Madrid en otoño para pasar de nuevo el invierno.
"Somos el grupo Trashumancia por la Naturaleza, defendemos las cañadas desde el año 92. Muchos ganaderos que están dentro haciendo esto y defendiendo todos sus problemas, pero ahí estamos, trashumando por las cañadas que tenemos aquí en España".
Unas 1.200 ovejas y unas 200 cabras componen el rebaño, que ha partido desde Villanueva del Pardillo, donde han pasado todo el invierno, para dirigirse a la zona entre León y Palencia para pasar el verano de la mejor forma.
"La trashumancia es biodiversidad, ayuda a los incendios, mueven muchas semillas las ovejas de un lado a otro y luego el tema de la mujer, que ahora se está imponiendo bastante en la ganadería, defendemos el movimiento, que había un tiempo donde fuera a desaparecer".
Su día a día arranca sobre las siete de la mañana, desayunan tranquilamente y organizan todo para emprender el camino. En esta trashumancia participan cinco pastores, dos de los cuales se dedican a organizar la logística, como las comidas.
La sexta de ellos es Chica, la perrita que les ayuda en su trabajo, además de cuatro mastines, que les defiende del lobo o alguna otra alimaña, y dos careas, que se encargan de manejar las ovejas.
Pernoctan en plena naturaleza. "Duermen en un cielo de mil estrellas, tienes a veces tormentas, también alimañas, el lobo. Es la vida del trashumante", nos cuenta Paco. Durante un mes, aproximadamente, recorrerán unos 500 kilómetros.
Asimismo, Mariti es la mayoral del rebaño. "Fui nombrada en 2018 como primera mujer mayorala y en representación de todas las mujeres que son trashumantes. Detrás de cada ganadería siempre hay una mujer, una madre, una hija, una hermana".