En plena Semana de la Salud, hablamos de la vacunación frente al herpes zóster, un virus que afecta a un tercio de la población a lo largo de su vida. Desde enero se está vacunando a los grupos de riesgo en el ámbito hospitalario y desde mayo a las personas nacidas en 1942 y 1957, en los centros de salud.
El herpes zóster es una enfermedad producida por el virus de la varicela-zóster. Una vez superada la infección infantil, puede permanecer acantonado y latente hasta que, décadas más tarde, se reactiva bien por la edad avanzada o debido a una enfermedad que baja las defensas. Se manifiesta como una erupción en la piel de características similares a la varicela, que puede llegar a ser sumamente dolorosa.
Aunque no es frecuente, se puede padecer más de una vez. La forma más efectiva de prevenir el herpes zóster es mediante la vacunación. La complicación más frecuente del HZ es la neuralgia postherpética, caracterizada por dolor intenso, en muchos casos incapacitante, que persistente más allá de 90 días, en algunos casos meses incluso años, tras la desaparición de las lesiones cutáneas.
"Son dos dosis. Se pone la primera dosis, se esperan dos meses y se pone una segunda dosis y, con eso, ya no hay que volver a repetir", nos explica Marta Molina, subdirectora general prevención de la salud. La vacuna está a disposición en toda la red de centros de vacunación autorizados de la Comunidad de Madrid, sobre todo en centros de atención primaria. Cabe destacar que todas las personas que ya hayan pasado esta enfermedad o la varicela también se pueden vacunar.
Esta enfermedad se puede transmitir a aquellas personas que no hayan padecido la varicela con anterioridad. La transmisión se produce por contacto con las vesículas. Se recomienda evitar el contacto de las personas con HZ con aquellas que no hayan padecido varicela previamente o que no hayan sido vacunadas frente a varicela.