El mes pasado, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, presentó la Estrategia de protección de la maternidad y paternidad y de fomento de la natalidad y conciliación 2022-2026, un conjunto de medidas para incrementar la protección a la maternidad en la región e impulsar la conciliación de la vida familiar, laboral y personal.
Entre todas, hemos profundizado en la medida para las familias de acogida, donde la deducción es de 900 euros. En el caso de los empleados públicos, tanto por acogimiento como por adopción o nacimiento, recibirán ayudas de hasta 1.000 euros.
Este plan de natalidad equipara a los menores acogidos con los hijos y la línea recta de descendentes a efectos de la aplicación de la bonificación del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, además de contar con un programa de apoyo a las familias acogedoras.
Uno de los principales derechos de la infancia es que todos los niños y niñas puedan vivir y desarrollarse en un ambiente familiar adecuado, en condiciones de seguridad y estabilidad. En la Comunidad de Madrid hay niños, niñas y adolescentes que, por diversas circunstancias, no pueden vivir con sus familias.
Esta medida está dirigida a aquellos niños que no pueden o no deben vivir con sus progenitores y constituye una alternativa preferible a su institucionalización, ya que supone la plena integración del niño en un núcleo familiar.
El acogimiento familiar produce y busca como objetivo la plena participación del menor en la vida familiar e impone a quien lo acoge en su familia la obligación de velar por él, tenerlo en su compañía, alimentarlo, educarlo y procurarle una formación integral en un entorno afectivo.
En nuestra región, alrededor de 2.000 niños buscan familias de acogida. Inés fue una de esas niñas, Blanca tiene cuatro hijos biológicos y dos en acogida. Dos caras de una misma realidad, la de un nuevo futuro.
Inés tiene 21 años y llegó a la residencia de menores a los 5. Según nos cuenta, su padre la abandonó, nunca le llegó a conocer, y es la quinta de sus hermanos. Como su madre no podía hacerse cargo de ellos, ha pasado gran parte de su vida en un centro de menores.
"Falta de esa parte maternal o paternal. Lo estaba pasando muy mal, había gente que me pegaba, me robaba rodo. A través de una educadora de mi residencia, pude conocer a una familia". Para ella, estar con sus padres de acogida ha sido un antes y un después.
Para que todos tengan un hogar como el de Inés, se buscan 2.000 familias de acogida. La familia de Blanca acogió a dos niños que ya hacen cinco meses con ellos. Tienen cuatro hijos biológicos y luego acogieron a una niña de 6 años y a un niño de 9. "Nos daba pena pensar que estos niños no tuviesen un hogar y una referencia y que, sobre todo, recibiesen cariño".