Fernando es entrenador del Club Atletismo de San Fernando de Henares y sufre la enfermedad de Párkinson. Este sábado se ha propuesto llevar a cabo un reto que se le ocurrió durante el confinamiento: correr durante 24 horas seguidas para visibilizar este problema.
El objetivo es correr durante ese tiempo, alcanzando los 200 kilómetros, con el objetivo de recaudar fondos para una Asociación de Enfermos de Párkinson y para poder costearse la operación de párkinson con una técnica novedosa.
Para realizarlo, ha arrancado a las 13.00 horas y finalizará el domingo a la misma hora. Por la noche, para respetar el toque de queda, continuará el reto en un polideportivo cercano. Al parecer, no es la primera vez que se enfrenta a un reto de estas dimensiones, ya que en otra ocasión anterior corrió de Madrid a Segovia.
Hay que recordar que un maratón son 42 kilómetros y Fernando tiene pensado hacer el recorrido equivalente a 5 maratones seguidas. En este reto le acompañarán 200 amigos que están yendo por turnos para correr junto a él algunos kilómetros.
El año pasado visibilizamos el reto de Javier Muñoz, un vecino de Parla, que cumplió la promesa que le hizo a su sobrino Diego si lograba caminar en el año 2020. El reto consistía en cubrir en bicicleta 600 kilómetros que separan Parla de los Lagos de Covadonga, en Asturias.
Diego, en esos momentos, tenía tres años y tiene algunas carencias cognitivas y de motor. El pequeño comenzó a caminar poco antes del confinamiento y su tío se decidió cumplir con lo prometido en un trayecto diseñado por él en tres etapas.
Finalmente, el trayecto lo completó en tan solo tres días y consiguió recaudar más de 9.000 euros. Este recorrido lo hizo en colaboración con la Asociación ADEMPA, que presta atención temprana a niños de Parla y del sur de la región.
También conocimos el reto que llevó a cabo Francisco Manuel San Cristóbal, un estudiante de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF) de la Universidad Politécnica de Madrid, que se planteó en subir al Everest sin salir de la universidad.
La prueba consistió en ascender de manera continuada los escalones equivalentes a alcanzar la cima del Everest (8.849 metros) de forma sostenible y en menos de 24 horas, con el objetivo añadido de promover el uso de las escaleras en este edificio como medida de fomento de la actividad física en beneficio de la salud de la comunidad universitaria.
Este reto formó parte de su Trabajo Final de Grado (TFG). Durante el 'ascenso', el estudiante estuvo monitorizado por un pulsómetro y una cámara termográfica que determinó su estado físico en todo momento. Por otro lado, tuvo acceso a avituallamiento (barritas y bocadillos), así como a agua y a bebidas diseñadas de forma específica para esta prueba. Todos los datos recogidos durante el reto permitieron cuantificar los efectos del esfuerzo realizado y fueron analizados su trabajo.
Y, estas Navidades, también conocimos el reto solidario que se propuso Iván David Vila, ciclista y policía local de Fuenlabrada. Este consistía en pedalear sobre su bicicleta 24 horas seguidas, recogiendo juguetes para niños de familias necesitadas, así como alimentos no perecederos en beneficio del comedor social 'La Casita' y la Asociación San Ricardo Pampuri.
Después del año tan duro de pandemia y bajo el lema “Ni un niño sin juguetes en Fuenlabrada”, este policía local afrontó el reto con mucha ilusión y, de esta manera, ayudar de alguna forma a las familias que peor lo han estado pasando también por las consecuencias económicas de la pandemia.
En su caso, para respetar el toque de queda, el ciclista permaneció pedaleando en un rodillo en su domicilio y, pasado el toque de queda, retomó la ruta por las calles de su localidad. Durante su reto, se habilitaron varias carpas de una tienda de bicicletas, donde se pudieron depositar juguetes y alimentos no perecederos.