Su enfermedad no le ha hecho a Ana Palomares abandonar su deporte preferido, el kárate. Es su pasión y le ayuda en su día a día.
Empezó en el kárate muy jovencita empujada por su padre, que practicaba este arte marcial. Pero su vida cambió 180 grados cuando le diagnosticaron esclerosis múltiple. Ana no se rindió ante esta enfermedad degenerativa pese a que los médicos le recomendaron que abandonase el kárate.
Adiós al kumité, hola a las katas
Ana sí dejó el kumité (combate) de lado y se centró en las katas, una serie de movimientos establecidos, y en impartir clases a los más pequeños.
Esta es la historia de Ana que hemos contado en el programa Madrid se Mueve.