Los templos de Bali tienen el encanto de lo exótico, entre el rito y lo festivo. Conocemos el de Pura Pusat, donde asistimos a bailes tradicionales, el de Goa Lawah, el más antiguo del país y donde viven un millón de murciélagos, y el de Tanah Lot, uno de los más turísticos porque es accesible o no en función de las mareas.