Väderöarna es una isla en la que no hay tiendas, carreteras ni coches. En ella visitamos el hotel donde trabaja Javier, uno de nuestros madrileños, y que comparte nombre con la propia isla: Väderöarna.
La isla no supera el kilómetro cuadrado, está rodeada por un fuerte oleaje y, sin embargo, es destino de lujo para realizar conferencias y estancias para parejas y famosos. En esta isla, donde se pueden encontrar leones marinos y delfines, pueden iluminar tan solo tres o cuatro horas de sol en invierno.
Jacuzzi con agua del mar, saunas con energía geotérmica... Para celebrar Año Nuevo hay que reservar con años de anterioridad. Los dueños del hotel invierten los beneficios en el mantenimiento de la isla.