En Torrelodones quedan los restos de la que iba a ser la obra de ingeniería más importante del mundo: La presa del Gasco. Uno de los lugares más espectaculares de Madrid. La mandó construir Carlos III en 1797 para conectar Madrid con el Atlántico a través del río Guadarrama. Pero una serie de desgracias de todo tipo impidieron su construcción.
El ingeniero francés Carlos Lemaur, ideo construir 93 metros de altura que embalsarían las aguas del río Guadarrama, con el objetivo de retener el caudal y conectar Madrid con Sevilla a través de un canal navegable. El proyecto fue redactado en 1785, momento en el que el ingeniero francés falleció repentinamente. Doce años después, la presa se derrumbó en parte tras unas lluvias torrenciales. La construcción, por motivos económicos, no se volvió a retomar.
Ahora, los restos de aquella ‘megaconstrucción’, en plena sierra, se pueden visitar. Muchas son las rutas que llevan a este lugar de interés. Constituyen, sin duda, una de las postales más inquietantes del mundo.