Cada 20 de enero, los sonidos de los cencerros y de las cintas inundan las calles y plazas de Pedrezuela. Mayores y pequeños se concentran en la plaza del Ayuntamiento del pueblo para celebrar la tradicional y popular fiesta de la Vaquilla.
Y es que es una de las celebraciones más arraigadas del municipio, declarada de interés turístico por la Comunidad de Madrid en 2011. El evento forma parte de las fiestas de invierno y es tradicional en varios pueblos de la región.
Sus orígenes se remontan al Paleolítico con representaciones de figuras de hombres disfrazados de toros. El objetivo de la fiesta es ahuyentar el mal con el ruido de los cencerros y favorecer la fertilidad de la tierra y de los animales. Al final, es un rito de origen pagano con la llegada del año nuevo.
El año pasado participaron 38 quintos, jóvenes del pueblo que cumplen la mayoría de edad, una cifra que no se alcanzaba desde hace años.
Para este año, el Ayuntamiento de Pedrezuela llevará a cabo los trámites necesarios para convertir la fiesta de la Vaquilla en Fiesta de Interés Turístico Nacional. Si quieren conseguir este título, el pueblo deberá cumplir una serie de requisitos valorados por el ministerio correspondiente.