Ana Baneira, encarcelada en Irán desde noviembre bajo la acusación de participar en las protestas por la muerte de la joven kurda Mahsa Amini y liberada el fin de semana, ha llegado este lunes a Galicia tras aterrizar a las 13:38 en el aeropuerto compostelano en un vuelo procedente de Ginebra.
Si bien la expectación en la terminal de la capital gallega era máxima, con una nutrida presencia de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión, esta activista no salió por el lugar habitual por el que lo hacen los pasajeros comunes.
Su aterrizaje en Santiago fue confirmado a la prensa por la portavoz de la familia, Llerena Perozo, que ha contado a EFE que Ana, de 24 años, "viene bien, aunque muy cansada".
"Ahora va a descansar y mañana nos reuniremos para intentar responder a todos los medios de comunicación", ha añadido, y ha transmitido que tanto Baneira como los suyos de nuevo agradecen a la prensa su buen hacer. "Ella y su familia os envían su agradecimiento", reza el mensaje transmitido.
Perozo adjunta a su comentario una foto en la que se ve a Ana con gorro, bufanda, sandalias con calcetín y muy sonriente, junto a sus padres y sus dos hermanas.
En una nota divulgada a mediodía a través de la Delegación del Gobierno en la comunidad gallega los parientes de Ana Baneira decían que "no está previsto hoy contacto con los medios".
"(Los familiares) Nos reclaman respetar la privacidad y los tiempos que marque Ana y piden comprensión, a la vez que agradecen la labor de los medios de comunicación y el respeto mostrado siempre con este tema", consta en ese escrito facilitado por el alto comisionado.
El sábado, tras ser excarcelada, a Baneira la recogió el embajador español en Teherán, Ángel Losada, y ese mismo día habló por teléfono con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, a quien le contó que se encontraba bien, le transmitió su alegría por regresar a casa y agradeció las gestiones realizadas, que concluyeron finalmente con su liberación.
El también español Santiago Sánchez Cogedor, en cambio, sigue en una prisión iraní, en su caso tras ser detenido el pasado 2 de octubre después de visitar en Saqqez la tumba de Amini.