Ocurrió un 26 de agosto. La gota fría, Dana pasó por Madrid y el cielo se abrió sobre Arganda del Rey causando enormes destrozos y pérdidas millonarias. El agua corría por las calles cómo nunca se había visto, los garajes tenían más de un metro de agua y los coches eran arrastrados por la fuerza de la corriente.
Un año después, los vecinos no olvidan aquellas riadas y siguen esperando que lleguen muchas de las ayudas que se concedieron en su momento.
Idéntica situación la que sufren los productores de vino y aceite de la zona que, sin apenas tiempo para recuperarse de las riadas, están sufriendo especialmente la pandemia de la covid-19 y las ayudas tampoco llegan, como ha explicado en Onda Madrid Cipriano Guillén, de la Cooperativa Vinícola de Arganda.