La borrasca Filomena arrasó buena parte de la superficie forestal de Boadilla del Monte, tanto pública como privada. 16.000 árboles acabaron tumbados.
Mediante un camión triturador, traído desde Ciudad Real, se están convirtiendo los restos de ramas y troncos en nutrientes para usarlos en los parques y jardines de la localidad.
Ya se han recogido 5.000 toneladas, sobre todo de pinos piñoneros, que son los que tiene más ramaje y por tanto, han soportado peor el peso de la nieve.
El alcalde de Boadilla, Javier Úbeda, habla de segunda oportunidad para los árboles que al convertirse en biomasa se utilizarán para evitar la erosión del suelo. Otra posibilidad es usar este material para producir energía en plantas o para la fabricación de briquetas.