El Retiro llora la pérdida de mil árboles, pero resiste con sus ejemplares históricos
El parque que ha sufrido la pérdida irreparable de 1.000 arboles permanece cerrado desde el 8 de enero por los daños del temporal Filomena mientras los operarios revisan y podan el arbolado completo
Alrededor de 10.000 de los 17.000 árboles que conforman el parque del Retiro de Madrid se han visto afectados por la borrasca Filomena, un millar de manera irreparable, pero a pesar de las cuantiosas pérdidas y todavía con semanas de trabajo por delante hasta su reapertura, el histórico jardín ha conseguido "aguantar" como conjunto.
En las 125 hectáreas de este céntrico parque del siglo XVII, que lleva cerrado desde el 8 de enero por los daños del temporal, el piar de los pájaros se entremezcla con los pitidos de la maquinaria pesada, con el sonido de las motosierras y con los gritos de los operarios, que retumban en la quietud con sus avisos de "¡rama va!".
Vacío excepto por los trabajadores y un grupo de periodistas, en el parque del Retiro todavía se constatan los estragos de Filomena y las posteriores bajadas de temperatura que marcaron el inicio de 2021.
Aún hay ramas en algunos márgenes de los paseos y entre la vegetación; troncos caídos; y en los árboles que ya se ha intervenido se ven las cicatrices redondas de los brazos que no resistieron.
Foto: David Herráiz |Vídeo: Telemadrid
El delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, explica a Efe que aproximadamente 10.000 árboles de este jardín se han visto afectados "de una manera u otra" como consecuencia de la borrasca, y de ellos no se podrán recuperar alrededor de un millar porque se han caído o porque habrá que talarlos.
Carabante lo cuenta mientras, a su espalda, unos operarios trabajan en dos majestuosos pinos de alepo de más de treinta metros de altura. Son de los que han tenido suerte y han resistido en pie, aunque con ramas perdidas, pero a unos metros, frente a la Rosaleda, otro pino de alepo que tenía entre 120 y 150 años y medía alrededor de 33 metros yace completamente tronchado.
"Los trabajos que estamos llevando a cabo ahora es el saneamiento, la revisión del arbolado, de las ramas que todavía quedan en el árbol para que no puedan caer y no ocasionen situaciones de peligro, y sanear aquellas que se encuentren en mal estado", explica el delegado. Los trabajos se hacen de la forma "más diligente posible" para que cuando reabra El Retiro", en "un mes largo", se pueda hacer "con plenas garantías de seguridad".
Para ello se afanan, además de los 2.900 trabajadores del contrato de zonas verdes, 1.100 personas más especialistas en revisión de arbolado y en saneamiento que fueron contratados de emergencia tras el temporal.
Si un día normal en la ciudad se usan en torno a 15 cestas elevadoras para el arbolado, ahora hay 200 cestas trabajando. En una de ellas, dos trabajadores operan en uno de los pinos de alepo. Los podadores se suben a las cestas cuando el árbol no es muy alto o está sobre un suelo llano y duro, pero, cuando la altura es mayor y la plataforma no llega o el suelo está blando o en pendiente, hay que hacerlo con el método de "apeo controlado". "Prácticamente todo el especialista en arbolado, saneamiento y revisión del mismo está trabajando en la ciudad de Madrid", dice el delegado municipal.
Según el Ayuntamiento, el temporal de Filomena afectó al 50 por ciento de los 1,7 millones de ejemplares en conservación municipal, con lo cual más de 800.000 podrían haberse visto dañados, aunque los servicios técnicos aseguran que el 90% serán recuperables.
Ahora el Ayuntamiento estudia cuáles deben de ser las especies que hay que plantar en la capital. En el caso de El Retiro, la intención es "aprovechar la oportunidad" para "volver a recuperar, a lo mejor, alguna de las especies originales de cuando se inauguró el parque", comenta Carabante.
Al menos los "habitantes" más ilustres del Retiro han sobrevivido a la gran nevada, destaca el subdirector de Parques y Viveros del Consistorio, Santiago Soria, en referencia a los seis ejemplares singulares del parque madrileño. Son el ahuehuete del Parterre, uno de los árboles más viejos de la ciudad, de unos 300 años; un arce plateado en los Jardines de Cecilio Rodríguez; un cedro de 33 metros de altura y 3,30 de circunferencia; un ciprés calvo en el estanque del Palacio de Cristal; una palmera de Fortune de 11 metros de altura, con una copa de 2,5 metros de diámetro, y un pino carrasco en la Rosaleda.
Aunque el daño que ha provocado el temporal ha sido "tremendo desde el punto de vista de los árboles", el experto destaca que el parque "ha aguantado perfectamente" en su conjunto. "El Retiro va a seguir siendo el parque más importante y más bonito de Madrid de aquí a muy poco", augura.