La familia de Déborah Fernández, la joven viguesa que apareció muerta en 2002, va a emprender acciones penales contra la Policía Nacional por el hallazgo de documentación sobre su caso tras unas obras en el Complejo Policial de Canillas. Esa documentación incluye el teléfono móvil de Déborah que llevaba desaparecido 15 años.
Le faltaba un día para cumplir 22 años, salió a correr, desapareció y 10 días después hallaron su cuerpo en una cuneta en Pontevedra. Su familia lleva dos décadas luchando para saber quién la mató y denunciando irregularidades.
La familia está sorprendida e indignada: “Estamos indignados porque vemos que el caso de mi hermana no tiene cabida para la justicia”, asegura Rosa, la hermana de Deborah.
La familia está indignada al conocer que la Policía Nacional ha encontrado aquí en Madrid en el complejo Policial de Canillas el que podría ser su teléfono móvil, sin tarjeta SIM. La madre asegura que lo entregó en 2006 pero que al preguntar por él les decían que no lo tenían o se había extraviado.
“La explicación que nos dan es que es un pequeño error. En el caso Déborah, los errores se suman y cuando crees que no hay más sorpresas que te puedan dar, siguen apareciendo sorpresas que sin duda te hacen dudar de todo el sistema”, asegura Rosa.
El móvil está dentro de un legajo con documentación y cintas VHS. Ha aparecido porque después de unas obras, se están informatizando todos los archivos.
El pasado mes de mayo prescribió el caso, salvo para el exnovio, el único investigado imputado 3 meses antes. La familia teme que si este hallazgo abre una nueva línea de investigación, ya no se puedan efectuar detenciones.