Los muertos por coronavirus crecen a ritmo de vértigo. En este contexto China endurece aún más las restricciones y pone en cuarentena a otros 24 millones de personas para tratar de frenar los contagios.
Los que llevan semanas encerrados en Wuhan pasan el tiempo en casa haciendo ejercicios, recibiendo clases en Internet o durmiendo. En el hospital nuevo de Wuhan los pacientes con síntomas leves tienen bailes étnicos diarios para combatir el aburrimiento.
Las cifras oficiales se retransmiten por televisión mediante gráficos, que ya muestran que los infectados son 70,548 infectados y hay 1.770 muertos.
A los datos se suman la indignación que ha despertado la publicación de un discurso del presidente, Xi Jinping, en el que se entiende que el aviso del riesgo a la población y las primeras medidas de control del Covid-19 llegaron dos semanas después de que el gobierno conociera la peligrosidad.
Crucero de Japón
El crucero anclado ante Yokohama, que es el segundo foco con más contagios, alcanzando los 350, ha comenzado a vaciarse. Estados Unidos ha iniciado la repatriación de los 400 estadounidenses que estaban a bordo. También han iniciado los trámites Canadá, Corea del Sur, Hons Kong, Israel, Italia y Filipinas.
En las grandes urbes, como Pekín o Shanghai empieza a notarse cierta actividad. Todos los que llegaron hace más de 14 días pueden salir de casa, aunque muchos no se atreven. El metro está casi desierto y muchas tiendas siguen cerradas a cal y canto.