Las relaciones entre China y Rusia siguen al alza pese a la guerra en Ucrania, en una suerte de matrimonio de conveniencia provocado por la oposición de ambos a lo que consideran "hegemonismo" estadounidense.
La buena sintonía entre sus líderes, Xi Jinping y Vladímir Putin, quedó patente durante su encuentro del jueves en Pekín, un fraternal cara a cara que disipó las esperanzas occidentales de que Pekín presione a Moscú para que pise el freno en Ucrania.
Xi y Putin concordaron en que "una solución política" a la guerra es "el camino correcto", pero eso pasaría por una conferencia "reconocida por todas las partes" para reanudar el diálogo en un momento en que las tropas rusas avanzan sobre la región de Járkov.
Putin aseguró al término de su visita que el Ejército ruso no tiene planes de tomar la ciudad.
Xi aseveró que China espera que Europa "recupere la paz y la estabilidad" mientras China continuará "desempeñando un papel constructivo" en ese sentido.