El distanciamiento del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez con los grandes empresarios del país ha quedado patente en el Foro de Davos.
En ésta conferencia se constató la fría relación del presidente con los máximos dirigentes de las principales empresas, y además Sánchez volvió a pedir que paguen más impuestos.
Allí estaban la presidenta del Banco Santander, que llegó tarde, el presidente del BBVA, el de Telefónica, o consejeros delegados de Cepsa o Repsol.
No estuvo por ejemplo José Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, muy crítico con el impuesto a las eléctricas del gobierno.