El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía acoge del 21 de febrero al 24 de junio ‘Antoni Tàpies. La práctica del arte’, la exposición “más completa” de la obra del artista barcelonés que ha tenido lugar nunca en España y que la pinacoteca organiza para conmemorar el centenario del nacimiento de Antoni Tàpies (1923-2012).
La muestra se presentó este martes en una rueda de prensa celebrada en el Reina Sofía en la que estuvieron presentes el director de esta institución, Manuel Segade; el comisario de la exposición, Manuel Borja-Villel; la directora de la Fundació Antoni Tàpies, Imma Prieto; Antoni Tàpies Barba, hijo del artista; y el consejero de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid, Mariano de Paco.
En su intervención, Manuel Segade se congratuló de que el Reina Sofía esté “de fiesta” con esta exposición, que consideró “la más grande, la más representativa” montada en España sobre Tàpies. Prueba de ello es que se compone de alrededor de 220 obras procedentes de museos y colecciones de todo el mundo.
Tras explicar que el centro de arte Bozar, sito en Bruselas, exhibió una parte “reducida” de la misma, avanzó que tras su paso por Madrid la exposición viajará a Barcelona.
Manuel Borja-Villel confesó que, de las seis exposiciones que ha organizado en torno a la figura y la obra de Tàpies, la presentada hoy es la que “más he disfrutado”, con la que “más he descubierto” detalles desconocidos del artista catalán, como nueve documentos inéditos que forman parte del recorrido, ya que la estructura del montaje se ha concebido como una suerte de diálogo entre el momento actual y el tiempo en que Tàpies concibió cada uno de sus trabajos.
En ese sentido, deslizó que “las ideas, las pulsiones, las líneas de trabajo” del artista “tienen más sentido hoy que en su época”, lo que le permitió afirmar que la exposición comprende “obras suyas nunca vistas en este país, obras que no se han visto juntas y obras que no se veían desde hacía tiempo”.
Expuso que la muestra recoge la trayectoria del artista catalán aportando una novedad: la recreación de diez estudios en los que se van generando los ambientes que caracterizaron cada una de las etapas de la trayectoria de Tàpies. Así, comienza con sus inicios en la pintura, cuando, con apenas 18 años, aprendió de forma autodidacta los secretos del que sería su oficio, aprovechando la convalecencia en la que le postró una grave enfermedad pulmonar entre 1942 y 1943. Fue este un periodo en el que copió dibujos y pinturas de Van Gogh (1853-1890), Matisse (1869-1954) o Picasso (1881-1973).
La exposición también muestra el interés del artista por las materias, un capítulo de su trayectoria que se remonta a la década de 1950 y que se caracteriza por su interés por la ciencia y la espiritualidad, y la proyección internacional que alcanza a través de sus pinturas matéricas, lo que permite presentar al Tàpies “más monumental, más público”.
COMPROMISO POLÍTICO
A continuación, la muestra presenta al Tàpies “más íntimo”, con objetos se su entorno más íntimo y las cartas que escribió a su esposa Teresa Barba; para dar paso al artista comprometido políticamente frente al franquismo, que se evidencia en su negativa a participar en exposiciones organizadas por la dictadura y en las acciones legales que emprendió en defensa de su derecho a decidir sobre la difusión de su obra.
Este activismo político le llevó a ser detenido en 1966 por participar en una reunión clandestina de estudiantes e intelectuales en el Convento de Capuchinos de Sarrià, en Barcelona, convocada para debatir sobre la creación del primer sindicato universitario democrático; mientras que en 1970 participó en una asamblea clandestina en el monasterio de Montserrat para protestar por el Proceso de Burgos. Es esta una época en la que los acontecimientos políticos se hacen presente en su obra, como se observa en ‘A la memoria de Salvador Puig Antich’, en recuerdo del joven anarquista ajusticiado por la dictadura en 1974, o en ‘7 de noviembre’, con motivo de la Assemblea de Catalunya del 7 de noviembre de 1971, primera plataforma de oposición democrática al franquismo que obtuvo un apoyo masivo.
El recorrido de la exposición concluye con el análisis de los cambios conceptuales y formales que su obra adquiere a principios de la década de 1980 y con sus últimos años, cuando su trabajo adquiere cierta melancolía.
A juicio de Manuel Borja-Villel, ‘Antoni Tàpies. La práctica del arte’ muestra “la unión del pintor, del intelectual comprometido y del ser humano”, advirtiendo a los futuros visitantes de la exposición de que las obras no se pueden fotografiar. “España es un país con suerte de tener un artista tan importante”, concluyó.