Dilawar Hussein, el asesino confeso de Morata de Tajuña, pasará los próximos quince días en aislamiento en la cárcel de Estremera, por presuntamente asesinar a golpes a su compañero de celda. Instituciones penitenciarias ya está investigando si fallaron los protocolos de seguridad en la prisión.
El crimen no tardó en ser descubierto. Los otros reclusos escucharon desde sus celdas como Dilawar golpeaba a Ángel y empezaron a gritar alertando a los funcionarios.
Los inspectores de la secretaría general de instituciones penitenciarias ya están en Estremera. La clave está en dilucidar cuál es el arma homicida, si es una mancuerna de fabricación casera o un disco de una pesa del gimnasio. Ese sería el caso más grave, porque está prohibido y obligaría a revisar el protocolo.
Alteraría también el móvil del crimen; si Dilawar robó el disco y lo metió de contrabando significaría que puede ser premeditado.
La otra hipótesis es una pelea espontánea por una discusión nimia; jugaban habitualmente al ajedrez.
Ambos están en el módulo 12, el de los presos más conflictivos. Ángel, la víctima, era multirreincidente y llevaba meses en Estremera por violencia de género con su pareja: llegó a torturarla cercenándoles los pezones.
Dilawar estará las próximas dos semanas en aislamiento. Después, el plan es meterle en una celda en solitario, con salidas limitadas al patio.