Neide es profesora de robótica. Y Lysa surgió tras dar clase a una alumna ciega. Es un robot que actúa como perro guía y mejora las opciones de movilidad de los 253 millones de personas ciegas que hay en el mundo.
Ponerse a la altura del interlocutor, coger objetos, jugar como un niño más. Dimitris, arquitecto, tuvo que adaptar la casa de una clienta tras un accidente. A la vez que remodeló su hogar, diseñó Laddroller, una silla elevable con tracción a las cuatro ruedas. A medio camino entre silla y exoesqueleto.
Pueden parecer auriculares pero se trata de un dispositivo que detecta con antelación un ataque epiléptico. Estos son tres de los nueve proyectos finalistas de los Premios Innovación Social que se fallan este miércoles.