José Cesteros tiene 65 años y desde hace cuatro ilumina la noche de Sol. Se ha convertido en un icono de la capital.
Un jinete eléctrico que recorre el centro montado en Casimiro, que no es un caballo sino un triciclo verbenero tuneado por él que despide luces de feria y canciones de moda.
Va vestido de cowboy, con un bigote a lo Búfalo Bill, "el Cowboy de Sol".