El impuesto a los plásticos que se aplica desde este 1 de enero a los alimentos envasados, puede comerse, junto con otros factores, la bajada del IVA en algunos productos básicos. Unos ajustes de precio que harán que la cesta de la compra no se abarate tanto como plantea el Gobierno y esperan algunos consumidores.
Ha bajado el IVA pero los proveedores han actualizado sus tarifas. Como consecuencia, los consumidores no notarán una rebaja sustancial, en una medida que le supondrá a las arcas del Estado dejar de recaudar 661 millones de euros.
Además, desde el 1 de enero fabricantes y distribuidores de alimentos tienen que pagar 45 céntimos de euros por kilogramo con la nueva tasa al plástico. Un gravamen que se une al aumento de costes y que muchos supermercados no saben cómo aplicar.
Hacienda espera ingresar 690 millones con el nuevo impuesto al plástico, compensando lo que deja de recaudar por la bajada del IVA.