La feria taurina de San Isidro, que finalizó ayer en Madrid, ha batido récords de taquilla, con los tendidos de Las Ventas ocupados en un 93%.
Esta masiva asistencia de público a la monumental madrileña es, sin duda, la mejor noticia que ha generado un ciclo para el que se vendieron casi medio millón de localidades, lo que ofrece una media de 21.529 espectadores por tarde, según los datos aportados por Plaza 1, empresa gestora del coso.
LA METEOROLOGÍA CONDICIONA LA CALIDAD ARTÍSTICA
Estos buenos datos económicos no han venido acompañados por la meteorología, que ha condicionado la calidad artística de la feria.
El viento y la lluvia que han acompañado casi todas las jornadas de la feria han impedido un mayor lucimiento de los matadores que solo llegaron a pasear catorce orejas.
Por números y por sensaciones el máximo triunfador ha sido Sebastián Castella, quien destacó en la primera tarde de la feria con su toreo con la mano izquierda.
El diestro francés comparte éxito con el torero revelación Fernando Adrián, uno de los que más ha sobresalido al firmar la que, a juicio de los expertos, podría haber sido la mejor faena de la feria a pesar de un primer fallo con la espada.
Pero la feria ha dejado también cierto mal sabor de boca tras las faenas de toreros como Roca Rey, que falló las dos tardes.
Cabe destacar también el alto nivel de los banderilleros. Tanto Curro Javier, que se ha llevado los premios de la empresa, como Juan Carlos Rey.
En la última jornada de la feria destaca la excelente calidad de los toros de la ganadería de Santiago Domecq y la de Vitorino Martín.
En cuanto al toreo a caballo ha brillado, como ya viene siendo habitual, Diego Ventura.