El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, impuso este viernes a la princesa Leonor la Gran Cruz de la Orden Militar de Cristo, una de las más altas distinciones del país luso, tras darle la bienvenida con motivo de su visita a Lisboa, la primera de carácter oficial que la heredera al trono español hace al extranjero.
El Palacio de Belém, residencia presidencial, fue el escenario de la entrega de la banda de seda roja como reconocimiento a lo que la hija mayor de Felipe VI, de 18 años, representa como heredera a la Corona española.
La imposición tuvo lugar tras la bienvenida oficial con honores de jefe de Estado en la residencia presidencial y el saludo a las delegaciones, de la que forman parte el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, y su homólogo portugués, Paulo Rangel.
Vestida de rojo, la princesa se llevó la mano al corazón en señal de agradecimiento una vez que Rebelo de Sousa le colocó la cinta. "Es un homenaje a vuestra alteza, al Reino de España y a nuestra amistad para siempre”, proclamó el mandatario portugués.Recordó que la Gran Cruz de la Orden de Cristo la recibió su padre, Felipe VI, en 1988, cuando Mario Soares ocupó la presidencia.
Tras la entrega de la banda, tuvo lugar el encuentro entre Rebelo de Sousa y la princesa, de 18 años, con las dos delegaciones, integradas por los ministros, los embajadores y los jefes de la Casa del Rey y de la Casa Civil portuguesa. El acto en el Palacio de Belém se va a completar con un almuerzo en el que la princesa Leonor va a pronunciar un discurso a continuación del de Rebelo de Sousa.
La princesa Leonor abrió este viernes su agenda en Lisboa, en el primer viaje oficial al extranjero de la heredera a la Corona española, en el Monasterio de los Jerónimos, con una ofrenda floral ante la tumba del padre de las letras portuguesas, Luís de Camões.
Leonor de Borbón se trasladó al monasterio tras aterrizar en el aeropuerto militar Figo Maduro de la capital portuguesa, donde le recibió el presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa, algo que no estaba previsto inicialmente en el programa. La princesa llegó al emblemático edificio, al que accedió por una alfombra roja para dirigirse a honrar la memoria del célebre poeta, del que este año se cumple el 500 aniversario de su nacimiento.
Bajo un toque de corneta, la heredera al trono se acercó a la corona de flores blancas situada junto a la sepultura, adornada con la bandera española y un lazo con el color de su estandarte y el rótulo ‘S.A.R. La princesa de Asturias’.