En París continúan las labores de desescombro del edificio afectado por la fuerte explosión en la que falleció el pasado sábado la joven española Laura Sanz. Sus familiares, consternados, esperan poder repatriar su cuerpo cuanto antes, aunque aún no saben cuánto tiempo llevarán esas gestiones.
Este lunes es un día de duelo y de luto oficial en el pueblo toledano de Burguillos, donde vivía Laura con sus tres hijos y su marido. Los vecinos se están volcando en muestras de cariño y solidaridad con la familia.
Las tres banderas, la española, la de Castilla-La Mancha y la del pueblo, ondean a media asta con un crespón negro, "ante un trágico suceso que tiene conmocionado a todo el pueblo", donde viven también los padres de la fallecida.
Pendiente de trámites
Mientras, la repatriación del cuerpo está pendiente de la firma del juez y será "lo antes posible", aunque aún se desconoce la fecha concreta en la que llegará a España, según fuentes de la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha.
Tres personas fallecieron, la turista española y dos bomberos, y más de 40 personas resultaron heridas de diferente consideración. Entre esos heridos se encuentran también otros dos españoles, un hombre y una mujer. Ambos están recibiendo tratamiento en un hospital.