Lluvia de críticas a Trump por su gestión de la crisis de las protestas raciales. El exjefe del pentágono le acusa de abuso de autoridad y el jefe actual asegura que no va a desplegar al Ejército como había asegurado el presidente. Mientras el fiscal de Minesota eleva la acusación contra el policía que mató a George Floyd le acusa de homicidio no premeditado.
Estados Unidos vivió una nueva noche de protestas, la mayoría pacíficas, con algún que otro disturbio en lugares como Nueva York, mientras que se intensificaron las críticas al presidente Donald Trump por su gestión de esta situación, la última -muy dura- por parte del exjefe del Pentágono James Mattis.
Como en noches anteriores, miles de manifestantes salieron a las calles de las principales ciudades para protestar contra la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco el pasado día 25 de mayo en Mineápolis, en una escena que fue grabada por los móviles de los transeúntes que captaron los casi nueve minutos de agonía de la víctima mientras el agente presionaba su rodilla contra su cuello.
En Nueva York, la Policía efectuó numerosos arrestos en varias zonas una hora después del comienzo del toque de queda y tras celebrarse una sentada a las puertas de la residencia oficial del alcalde, Bill de Blasio.
Las escenas más complicadas se registraron en Brooklyn, en los alrededores de la plaza Cadman, Fulton y Borough Hall, donde la Policía usó porrazos, balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes y detener a numerosas personas en aplicación del toque de queda.
Mientras en Nueva Orleans, los efectivos policiales lanzaron gases lacrimógenos contra los manifestantes para dispersarlos por cruzar Crescent City Connection, un puente sobre el río Misisipi, que la policía no quería que atravesaran.
En la capital, Washington, todavía quedaban cientos de manifestantes en las proximidades de la Casa Blanca tras el inicio del toque de queda a las 23.00 hora local (03.00 GMT), sin que por el momento se hayan registrado altercados.
Endurecimiento de los cargos contra Chauvin
Los manifestantes celebraron el endurecimiento de los cargos contra el policía Derek Chauvin, que presionó su rodilla sobre el cuello de Floyd. El fiscal general del estado de Minesota, Keith Ellison, endureció este miércoles los cargos contra Chauvin e incluyó en el caso a los otros tres agentes presentes en la escena. Todos ellos fueron despedidos la semana pasada del cuerpo de policía. Ellison explicó que decidió elevar la acusación contra Chauvin al cargo de asesinato en segundo grado y que había acusado formalmente a los ya expolicías Tou Thao, J. Alexander Kueng y Thomas Lane, presentes durante la detención de Floyd, por ayudar e instigar el asesinato en segundo grado.
La muerte de Floyd ha generado una ola de protestas y disturbios en todo el país, frente a los que Trump no ha parado de prometer mano dura y una militarización de su respuesta.
Su gestión ha sido puesta en tela de juicio por varios expresidentes, como George W. Bush, que es del Partido Republicano como Trump, y quien en una declaración aseguró que tanto el como su esposa, Laura, han estado "angustiados por la brutal asfixia de George Floyd" pero también "perturbados por la injusticia y el miedo que asfixian" el país. "Es hora de que escuchemos", señaló Bush.
El expresidente Barack Obama también criticó este miércoles a Trump, aunque indirectamente, al alentar a los jóvenes que han liderado las protestas a continuar para asegurarse de que producen cambios.
La última crítica la ha recibido del exjefe del Pentágono James Mattis. Quien fuera el primer secretario de Defensa del Gobierno de Trump acusó al mandatario de "intentar dividir" al país y de abusar de su autoridad al "militarizar la respuesta a las protestas" por la violencia policial contra los negros. "Donald Trump es el primer presidente que he visto durante mi vida que no intenta unir al pueblo estadounidense, y ni siquiera finge hacerlo. En cambio, intenta dividirnos. Estamos presenciando las consecuencias de tres años sin un liderazgo maduro", escribió.
El desencuentro con el estamento militar llega hasta el mismo secretario de Defensa actual, Mark Esper, quien rechazó el empleo de tropas en activo para contener la ola de protestas en una abierta señal de desacuerdo con Trump, quien avanzó dicha posibilidad este lunes. "La opción del uso de tropas en activo en el papel de garantes de la ley debería ser solo empleado como último recurso, y solo en las situaciones más urgentes y extremas", afirmó Esper en una rueda de prensa desde el Pentágono.