El mundo entero mira atónito a EEUU y a esta larga noche electoral que comenzó el 3 de noviembre. A un agónico conteo de votos que acercan al candidato demócrata, Joe Biden, cada vez más a la presidencia, sobre todo por los resultadod en Georgia, donde ha conseguido adelantar a Donald Trump.
Ahora, los 20 votos de Pensylvania pueden ser los decisivos.
Atónitos también por el comportamiento del candidato republicano. Trump reaparece y lo hace de nuevo para poner en cuestión el sistema electoral americano y acusar a los demócratas de intentar robar las elecciones. "Si cuentan los votos legales -dice-, nosotros ganamos fácilmente pero si cuentan los votos ilegales, pueden intentar robarnos las elecciones".
Palabras que no gustan a tres de las grandes cadenas televisivas americanas que, estupefactos, cortan su discurso emitido en directo, porque lo que está diciendo "es absolutamente falso", asegura Shepard Smith, de la CNBC.
Un discurso en el que, por cierto, se ve a Trump abatido y sin ganas de contestar las preguntas de la prensa. Hasta sus compañeros de partido, entre ellos el diputado republicano, Jeff Flake, tachan de "inaceptable" la actitud de su candidato por poner en jaque las instituciones norteamericanas.
Muy distinta la actitud del candidato demócrata, Joe Biden, que sale ante la prensa para pedir a todo el mundo que mantenga la calma" Calma y confianza en el sistema electoral, "donde cada voto es sagrado -dice-; es la manera que tiene la gente de expresar su voluntad para elegir a su presidente".
Biden cuenta con 264 delegados y Trump, con 214. Ganará el que llegue a los 270.