Cataluña, de nuevo envuelta en llamas por segunda noche consecutiva. Las marchas de protesta con su epicentro en Lérida en los aledaños de la prisión donde cumple condena el rapero Hásel dieron paso al fuego y la violencia.
Los radicales se enfrentaron a la policía lanzando piedras contra los agentes y montando barricadas.
También en Barcelona, la marcha pacífica por el Paseo de Gracia desembocó en graves incidentes en los alrededores de plaza de Cataluña. Los radicales atacaron cabinas telefónicas. Quemaron casi un centenar de contenedores y destrozaron concesionarios.
“No lo entiendo. Rompieron esto y lo otro” nos cuenta el dueño de un concesionario.
Miedo en los comercios
El miedo ha llevado a los dueños de los comercios a proteger por su cuenta con maderas las fachadas de sus locales.
Los disturbios se repetían en otras provincias. Violencia en Gerona y en Tarragona. Los mossos alertan de la extrema violencia de unos radicales, advierten, muy organizados. Buscan entrar en los furgones y quemarnos decía un agente.
“Personas violentas, aprovechan la concentración y se meten para reventar” nos cuenta Joan Carles Molinero, inspector de los mossos.
La segunda noche consecutiva de violencia se saldó con 33 detenciones en diversa ciudades y 15 heridos. y Aún más grave, la noche anterior, una mujer herida en los disturbios perdió un ojo.
La llama saltó a otras comunidades. Mismas protestas, mismos disturbios en Guadalajara y Granada, donde los incidentes terminaron con 4 detenidos.