El presidente ruso, Vladimir Putin se ha dado un baño de masas en Daguestán, tras un acto público.
Putin, acompañado de su seguridad, se ha acerca a lo asistentes para saludar. Lo ha hecho días después de la rebelión del grupo Wagner, que ha puesto en entredicho su liderazgo.
El presidente ruso ha recordado que la ofensa a los sentimientos religiosos es un delito en Rusia y ha condenado la quema de un Corán en la capital de Suecia, justo el día en que los musulmanes rusos celebran el Aid al Adha o Fiesta del Sacrificio, la más importante del calendario islámico.
"Sabemos que en otros países se procede de otro modo, no se respetan los sentimientos religiosos de la gente y además dicen que eso no es un delito. En nuestro país eso es un delito, tanto en la Constitución como en el Código Penal", ha afirmado durante una visita a una mezquita en Derbent, capital de la república rusa de Daguestán.
Putin ha añadido que en Rusia también se considera delito inducir al odio religioso o entre confesiones y "siempre nos atendremos a estas leyes".