El Museo de El Prado, en colaboración con la Universidad Miguel Hernández de Elche, ha llevado a cabo un estudio de neuroingeniería con el objetivo de saber hacia dónde se dirigen nuestros ojos cuando contemplamos un cuadro.
Para ello han elegido El jardín de las Delicias de El Bosco, debido a su complejidad. Para realizar el estudio se ha dotado a un grupo de visitantes voluntarios de unas gafas especiales que han registrado qué miramos cuando contemplamos esta obra.
El museo ha medido el tiempo que cada uno de los voluntarias pasaba contemplando la obra, a qué partes prestaba más atención y sus respuestas emocionales en función del tamaño de sus pupilas.
El informe concluye que dedicamos a observarlo una media de cuatro minutos y que, aunque la mayoría comienza por El paraíso, es El infierno lo que más atrae las miradas de quienes contemplan esta obra de arte. Según los expertos, quinientos años seguimos mirando y deteniéndonos a observar lo que el pintor quería.