El municipio pontevedrés de Vilagarcía de Arousa vuelve este año a celebrar unas fiestas de San Roque pasadas por agua.
Y, en contra de lo que muchos puedan pensar, no tiene nada que ver con esa vieja creencia de que en Galicia llueve todos los días del año. Nada más lejos de la realidad.
Precisamente fue un día de calor extremo el causante de que en este municipio se empezara a honrar a su patrón de una forma poco común.
La Fiesta del Agua de Vilagarcía es una fiesta popular que se remonta al año 1984. Los romeros que cargaban con el santo de San Roque hasta la capilla acabaron agotados por el calor asfixiante que ese día hacía en Vilagarcía y tuvieron a pedir agua a los vecinos que se encontraban en los edificios.
Cualquier gallego que se precie, sabe que a los vecinos se les ayuda siempre que lo necesiten, así que, ni cortos ni perezosos, empezaron a arrojarles agua desde las ventanas y los balcones.
Si hay algo que le guste a un gallego (y a cualquier español, todo hay que decirlo), especialmente en verano, es una buena fiesta, así que este hecho casual se ha convertido ya en una tradición.
Desde aquel año, la fiesta de 'San Roque y el agua' se ha convertido en una de las fiestas más importantes de España que concentra a miles de personas y romeros. Tanto es así, que se ha declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Durante dos días las calles de Vilagarcía de Arousa se transforman en un espectáculo de colores, adornos, música y mucha agua.
Una buena oportunidad de visitar los fantásticos paisajes de las Rías Baixas y disfrutar de su gastronomía, sus fiestas y la hospitalidad de sus gentes.