Este jueves ha quedado visto para sentencia el juicio contra los padres acusados de vender a su hija de 12 años para casarla con el hijo de los compradores, otro menor de 15 años.
Los padres acusados de vender a su hija de doce años han declarado en el juicio que "jamás se habló de dinero", que "vino a España a que se conocieran porque se gustaban" y que "no existe ningún padre que pueda obligar a su hija a hacer algo así".
Por su parte, los progenitores del otro menor, han manifestado que "no sabían que estaban cometiendo un delito".
Las dos parejas de padres de nacionalidad rumana y etnia gitana, están acusados de un delito de trata de seres humanos con fines de servidumbre por el que la fiscal ha solicitado siete años de prisión para cada uno de ellos.
Para el Ministerio público queda probado que los padres cedieron mediante un poder notarial a la pequeña a la otra pareja para que viviera con ellos y con su hijo en España.
Este hecho supuso, según la Fiscalía, el punto final a su infancia y a su derecho a decidir sobre su propia vida.
La joven, que actualmente se encuentra en paradero desconocido, aseguró que para esta cesión se había pagado 50.000 euros.
Por su parte, las defensas de las dos familias, han solicitado su libre absolución alegando que no está probado ni el pago, ni la explotación sexual y justifican el enlace entre los dos menores como parte de una "tradición cultural".