Ursula Von der Leyen y Josep Borrell visitan este viernes Kiev para mostrar el total apoyo de las instituciones europeas a Ucrania. Allí, en zona de guerra han hecho dos anuncios: otra partida de 500 millones de euros para ayuda militar y que la Unión Europea volverá a tener representación en la capital ucraniana.
La visita se produce coincidiendo con un nuevo bombardeo ruso en el este del país, negado por Rusia, contra una estación de tren repleta de civiles refugiados. Habrían muerto 30 personas. La UE ha condenado esta nueva acción indiscriminada.
Dos misiles han impactado contra la estación de tren de Kramatorsk y han producido 39 fallecidos y más de 300 heridos, sobre todo ancianos, mujeres y niños. Es el principal punto de evacuación desde hace días en la región del Donbass. El gobierno de Ucrania les había pedido que huyeran ante la inminencia de un ataque ruso.
Zelensky acusa a Rusia de exterminar a civiles ante el parlamento finlandés, aunque el portavoz del Kremlin niega el ataque. Asegura que no utilizan ese tipo de misiles. Pero las imágenes de horror se extienden por el país. Voluntarios siguen trasladando cadáveres en Bucha a cementerios y fosas comunes. Han aparecido los de dos ancianas tirados en su casa.
Borondyanda, a 50Kms de Kiev, es otro pueblo destruído, se cree que la masacre podría ser peor que la de Bucha.