El mensaje de Nochebuena supone el colofón al año del 40 aniversario de la Carta Magna, en el que Felipe VI ha reivindicado su absoluta vigencia. Un año marcado también por los efectos que en Cataluña produjo su discurso del 3 de octubre o por la entrada en la cárcel de su cuñado, Iñaki Urdangarín.
A lo largo de 2018, año en el que conmemoramos el 40 aniversario de la Constitución, han sido constantes las reivindicaciones del Rey al papel esencial de la Carta Magna. "La Constitución es el gran pacto nacional de convivencia entre los españoles por la concordia y la reconciliación, por la democracia y por la libertad".
Invoca el espíritu del 78, don Felipe aseguraba con rotundidad que "la Corona está ya indisolublemente unida en la vida de España a la democracia y la libertad".
Lo hace ante sus padres, con una imagen inédita hasta ahora: dos Reyes juntos en el Congreso como también histórica era la presencia de tres generaciones de la familia Real.
Ambiente de hostilidad
El contraste en Cataluña. No es bien recibido. Son los efectos de su discurso del 3 de octubre que llevaría al presidente de la Generalitat catalana, Quim Torra a afirmar. "Los catalanes no tenemos Rey".
El independentismo va a más allá y planta al Rey en los Premios Princesa de Girona. El Ayuntamiento se niega a ceder su auditorio y declara a Felipe VI, "persona non grata". Por vez primera, la ceremonia se tiene que celebrar fuera de la ciudad. En ese ambiente hostil, el monarca responde con un mensaje claro: "Una Cataluña de todos y para todos".
Un año difícil también en lo personal. Ha visto entrar en la cárcel a su cuñado, Iñaqui Urdangarín y ha tenido que gestionar el desencuentro de las Reinas Letizia y Sofía en la Catedral de Palma a cuenta de una foto.
365 días compartidos con dos gobiernos, el de Mariano Rajoy y el de Pedro Sánchez, surgido de una moción de censura.
Nueva agenda internacional que le llevó a Estados Unidos, a la Cumbre iberoamericana en Guatemala, a París, para celebrar el centenario del Armisticio y, en visita de Estado, a Perú.
Aquí en España, los Reyes recibieron a los Presidentes de Portugal, Alemania, China y Francia.
Todo ello en contacto permanente con la realidad española. En Mallorca visitaron las zonas afectadas por las fuertes inundaciones y despidieron a las 13 víctimas mortales.
Bailén, Salamanca, Asturias, y otros muchos rincones de España nos dejan imágenes más amables de los Reyes en este año que termina.