Todos sabíamos que iba ser una noche diferente y difícil de olvidar la de esta Nochebuena de la pandemia. Lejos de la familia en muchos casos por las restricciones de movilidad, menos comensales a la mesa -máximo de 6- y un tiempo limitado, pues a las 01.30h había toque de queda. No juntos, pero sí unidos y con pocos temas de conversación de que no fuera el dichoso virus.
Desde los que cenan solo, porque su pareja lleva 15 días en la UCI del Gregorio Marañón por el Covid, hasta los que guardan sillas vacías porque el maldito bicho se llevó a su ser querido. Noche, en fin, tranquila y familiar esperando que 2021 traiga un panorama mejor... y siempre agradecidos, porque lo importante es estar.