Otro mazazo para Madrid en este barrio castizo sacudido por la explosión. Los vecinos, los comerciantes tienen hoy todavía el susto en el cuerpo. Los restos de la catástrofe que se han cobrado cuatro vidas y provocaron una decena de heridos son aún visibles.
Lunas de coche rotas, trozos de ladrillos, restos de fachadas, incluso jardineras o marcos de puertas y ventanas que han volado decenas de metros.
Porque no sólo resultaron afectadas las viviendas y los vecinos de la calle Toledo. El susto y la consternación recorrió todo el barrio. Los cascotes diseminados son el reflejo de la explosión en las calles circundantes. Entre los vecinos y vecinas de esta parte del Centro de Madrid persiste la conmoción y la memoria de lo ocurrido este miércoles. Y también la sensación de que pudo ser una tragedia aún mayor.
Es el caso de Pilar, que hoy acude a la farmacia a por medicinas para los nervios. Cuenta que ella y su marido han tenido que pasar la noche con sus hijos. En su bar, Matías continúa haciendo churros después de la ajetreada tarde vivida el miércoles
La noticia de la explosión en Madrid saltó las fronteras de nuestro país. Édison se ha encargado de tranquilizar a su familia que vive en Ecuador.
En la calle Toledo, en la de Isabel Tintero, en la de La Paloma y en otras cercanas, hoy se podía ver policías, bomberos y también personas que han cambiado su ruta de paseo con el perro, por curiosidad, para comprobar los estragos de la explosión.