Agentes de la Policía Nacional han detenido en Benidorm (Alicante) a un presunto pederasta que había logrado acceder a las cámaras de vigilancia doméstica de más de 70 familias de diferentes países del mundo y obtener más de mil grabaciones de niños desnudos, dos de ellos, en España.
Según ha informado el cuerpo policial era muy activo en las redes ocultas de Internet, había organizado un sistema de venta de pornografía infantil a cambio de bitcoins o de imágenes de abusos grabados por sus clientes y acosó sexualmente, al menos, a once menores.
Se trataba de un individuo que ya había sido detenido cuando era menor de edad por hechos de la misma naturaleza y se inició una búsqueda y control discreto de sus actividades en la red.
Los agentes descubrieron que, como medida de precaución, había comenzado a usar otro nombre de usuario, con el cual distribuía nuevas imágenes obtenidas gracias al acoso sexual a través de Internet a dos niños de unos 9 años residentes en dos países diferentes.
Los especialistas de la Policía Nacional descubrieron que, además, se ofrecía como canguro a domicilio y, aprovechaba su nacionalidad británica para ejercer como profesor particular de inglés lo que le permitió tener, al menos, diez alumnos. Ello disparó las alarmas de los agentes, que decidieron proceder a su detención.
Una vez que se logró su ubicación en Benidorm, el Juzgado de Instrucción número 1 de esa localidad autorizó la materialización de la diligencia de entrada y registro domiciliario.
Durante la intervención, a pesar de la falta de colaboración total del investigado y de las potentes medidas de seguridad que había implementado, se encontraron suficientes indicios que acreditaron la autoría de los hechos, ya que había abundantes anotaciones manuscritas ocultas con sus nombres de usuario y técnicas que desarrollaba, que intentaban evitar dejar ningún indicio digital que pudiera ser objeto de un hackeo o que la Policía pudiera acceder.
Los agentes se encontraron algunas imágenes de abusos sexuales, así como rastros del uso de criptomonedas y envíos de dinero a Rumanía a través de personas implicadas en prostitución de menores, por lo que este hecho fue comunicado a las autoridades de ese país. Se intervino, además, gran cantidad de material informático para su análisis posterior.
Con posterioridad, se descubrió que el detenido había organizado un sistema de compraventa de pornografía de menores. Se publicitaba en sitios donde acuden los consumidores de ese tipo de material y les ofrecía material novedoso a cambio de pagos en bitcoins o mediante el intercambio de material de abusos que los propios clientes cometieran sobre niños. También actuaba de intermediario entre productores y consumidores y cobraba comisión.
Respecto a los tres niños cuyas imágenes novedosas había dado a conocer, resultó ser el responsable del acoso sobre uno de ellos y se determinó que había sido contratado por un adulto que conocía a la víctima para que obtuviera imágenes sexuales de ella, a razón de 80 dólares por foto. Los otros