Una nave no tripulada se estrellará contra la luna de un asteroide y posteriormente otra sonda espacial estudiará el efecto del impacto en la órbita del objeto.
los meteoritos en los que se centra la misión son aquellos que tienen un tamaño de entre 50 y 150 metros de diámetro como el que cayó hace cinco años en Rusia dejando centenares de heridos.
El sistema de guiado, navegación y control de la nave que va a estudiar la colisión va a ser desarrollado por un consorcio internacional liderado por la empresa madrileña GMV que se encuentra ubicada en Tres Cantos.
Aunque todavía quedan pendiente algunos ajustes técnicos, previsiblemente la misión despegará en el año 2023 y sus conclusiones podrían servir algún día para evitar un cataclismo en la Tierra.