En el universo la materia normal es la que integra los planetas, cuerpos o estrellas que vemos brillar y representa un 4-5 %; el resto está en forma de energía y materia oscura, fenómenos distintos que aún son un misterio. Euclid, una nueva misión en la que está inmersa Europa, ayudará a entenderlos.
Este satélite de la Agencia Espacial Europea (ESA), en el que participan empresas y científicos españoles, será lanzado en 2022 y realizará un mapa de la estructura general del universo a lo largo de 10.000 millones de años luz, revelando su expansión y crecimiento durante las últimas tres cuartas partes de su historia.
A lo largo de seis años, el telescopio de Euclid realizará un mapa tridimensional de la distribución de hasta 2.000 millones de galaxias y de la materia oscura asociada, cubriendo la mayor parte del cielo de la Vía Láctea, detalla en su web Thales Alenia Space, contratista principal de esta misión que generará miles de datos e imágenes.
Según explica la Agencia Espacial Europea, Euclid examinará miles de millones de galaxias con una "nitidez y sensibilidad sin precedentes", lo que proporcionará una base de datos para toda la comunidad científica.
Euclid, en la que participan 14 países europeos, Canadá y EEUU, está concebida para avanzar en dos preguntas importantes de la cosmología moderna: cómo se originó el universo y por qué se está expandiendo a un ritmo acelerado.
En un principio, se creía que esta expansión era producto del 'big bang' con que se originó todo el universo; se aceptaba que en algún momento esa expansión acabaría frenada por el efecto contrario de la fuerza de la gravedad que liga entre sí la materia, pero no es así.
Ahora, la comunidad científica defiende que existe algo que de alguna forma crea cada vez más espacio entre las galaxias y esto es la energía oscura, que constituye alrededor del 70 % del cosmos, aunque no se conoce ni su fuente, ni su física, ni cómo funciona; esta energía es responsable de una misteriosa fuerza que parece estar acelerando la expansión del universo.
De la materia oscura, una forma de materia no luminosa que fue descubierta en los años 70, se sabe que constituye alrededor del 20 % del universo. No emite luz, pero ejerce atracción gravitatoria. Esta es fundamental para entender la forma en que el universo se agrupa, desde las grandes estructuras de vacíos y supercúmulos de galaxias a la propia forma de las galaxias como la nuestra, la Vía Láctea.
El origen y composición de esta, al igual que de la energía oscura, son desconocidos.
Euclid se ha diseñado, según la ESA, para facilitar nuevos datos de importancia sobre el lado oscuro del universo, concretamente sobre la materia oscura y la energía oscura, dos componentes clave del modelo actual para la formación y evolución del universo.
"La misión Euclid es importante porque permitirá estudiar el origen del universo, la historia de su expansión y la formación de estructuras cósmicas", resume a Efe Susana Infante, jefa del proyecto de Euclid en Thales Alenia Space en España, filial que se ha encargado del subsistema de comunicaciones del satélite.
Infante señala que con esta misión se intentará contestar a preguntas como por ejemplo si la energía oscura puede dar lugar a nuevos paradigmas actualmente desconocidos, cuál es la naturaleza y propiedades de la materia oscura o cuál será el futuro del universo.
El contratista principal de esta misión es Thales Alenia Space en Italia, encargada de la construcción del satélite y de su módulo de servicio o plataforma, mientras que Airbus Defence & Space en Francia ha desarrollado el módulo de carga útil, incluido el telescopio espacial. La integración de las partes se hará en 2021.
Su lanzamiento está previsto, después de dos retrasos, para junio de 2022 en un cohete Soyuz desde Kurú (Guayana Francesa); el modelo termo-estructural del satélite ya ha pasado con éxito las pruebas térmicas y en la actualidad los técnicos están con test de vibración; más adelante, ya con el modelo de vuelo del satélite, se harán pruebas eléctricas y ambientales, según fuentes de Thales.