Pager ha sido el primer mono que juega a un video juego de ping pong. Se ha conseguido gracias a la neurotecnología, implantando chips en su cerebro y conectándolos a un ordenador. Esta ciencia es el futuro para paliar secuelas de enfermedades neurocerebrales, pero puede convertirse en el caballo de Troya que consiga controlar nuestras mentes. Por eso, por seguridad, ya se alzan voces pidiendo proteger jurídicamente nuestros cerebros.
Parece ciencia ficción. Pero no, es una realidad. Con la neurociencia podrá leerse pensamientos, acceder a percepciones, emociones, a la memoria, al concepto esencial del ser humano.
Chile va a ser el primer país en poner en marcha los neuroderechos, uno de los desafíos del futuro de la humanidad, para evitar, han dicho, que la ciencia haga daño al ser humano y al planeta, tal y como pasó con la bomba atómica.