10 y cuarto de la mañana y una mujer, haciéndose pasar por pediatra, entra en una habitación del Hospital Universitario de Guadalajara. Se lleva al pequeño recién nacido. La excusa, hacerle unas pruebas. Pero el padre sospecha y da la alerta.
Tarde, las cámaras de seguridad la graban mientras escapa del hospital con el bebé.
Distribuyen esta imagen entre las farmacias de las localidades cercanas. Y en ésta, en Cabanillas del Campo, salta la alarma.
La policía comienza a indagar entre los vecinos. Y las pistas llevan a los agentes hasta Arantxa, una mujer de 47 años.
El pequeño, poco más de 3 horas después de ser sustraido, volvía de nuevo a los brazos de sus padres, en perfecto estado.