El patrón de Madrid, San Isidro Labrador, el periodista Raúl del Pozo y el pueblo de Ucrania han recibido este sábado las Medallas de Honor de la ciudad en el acto solemne de entrega celebrado en el Palacio de Cristal de Cibeles, por “formar parte de la historia de Madrid, “ser el cronista de cronistas” y mostrar “coraje ante la adversidad” respectivamente.
Además, han sido reconocidos con la Medalla de Madrid el jugador de baloncesto Felipe Reyes; la fotógrafa y artista Ouka Leele; el músico argentino Andrés Calamaro; la activista vecinal de Carabanchel Lourdes Hernández Ossorio (a título póstumo); la chef Pepa Muñoz; la selección femenina de rugby de España; CERMI; el actual presidente de la Fundación Loewe, Enrique Loewe Lynch; la compañía Mahou-San Miguel; la ong CESAL y el fundador del Grupo Ahorra Más, Jesús Medina.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que ha tenido durante su intervención palabras para todos y cada uno de los premiados, ha celebrado que “por fin este año nos vemos todos en la pradera”, después de recordar que éste fue su deseo el 15 de mayo de 2021, aún marcado por la pandemia.
“Tras el ejemplo de serenidad, responsabilidad y solidaridad del conjunto de los madrileños llega la alegría”, ha expresado el regidor, que también ha reconocido la “entereza, solidaridad, tesón y energía” para “vencer” a la pandemia.
Tras dos años sin celebraciones, este “no es un San Isidro más”, porque no solo son las fiestas “del reencuentro”, sino que coincide con al Año Jubilar con motivo del 400 aniversario del patrón de la capital, un hombre “sencillo” y trabajador, atento a las necesidades de sus coetáneos, a imagen y semejanza de los madrileños, ha puesto en valor el alcalde, que ha vuelto a ensalzar el comportamiento de los habitantes de la capital durante la pandemia o la borrasca Filomena.
Sobre los galardonados con la Medalla de Honor, Almeida ha destacado la conmemoración de los 400 años de la canonización de este “hombre sencillo” que vivió y trabajó “en la orilla derecha del Manzanares” cuando esta villa era apenas “una fortaleza”, por lo que rememorar a San Isidro, “humilde labrador” y “padre de familia” es rememorar “la historia” de la capital de España.
También ha tenido palabras para el pueblo ucraniano, representado en el evento por el embajador de Ucrania, Serhii Pohoreltsev, a quien le ha trasladado el reconocimiento de Madrid al “coraje ante la adversidad” y la “capacidad de resistencia ante el sufrimiento” la sociedad de Ucrania, así como su “voluntad” de salir adelante.
De Raúl del Pozo, el último premiado con la medalla de honor de Madrid, Almeida ha dicho que es “maestro de cronistas” y “apasionado de Madrid”, y ha enumerado algunos de los eventos históricos más importantes en los que ha podido estar, como Cabo Cañaveral, la Revolución de los Claveles o la Rusia previa a la Perestroika.
Antes que Almeida, la vicealcaldesa Begoña Villacís ha señalado que los dos años de pandemia han sido “durísimos”, con la ausencia de celebraciones como “una losa psicológica”, y ha celebrado que, hoy sí, la pradera de San Isidro se vuelva a llenar de “chotis en organillo, mantones, parpusas y chulapos y chulapas”, reviviendo así “el alma de verbena de la capital” ya sin restricciones.
A los premiados, les ha dicho que van a recibir “el mayor honor que puede recibir un madrileño”, y como “curiosidad”, ha asegurado Calamaro, uno de los premiados, le ha servido como inspiración en política: “la honestidad no es una virtud, es una obligación”, ha dicho en relación a uno de los lemas de su disco ‘Honestidad brutal’.
LA “LIBERTAD” Y “SOLIDARIDAD” DE MADRID
En representación de San Isidro, el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha recogido el premio y ha señalado ante los invitados que el patrón de la capital era “un madrileño universal” con mucha presencia internacional, en parroquias que van de Filipinas a Venezuela, y ha puesto en valor que el santo “dignificó” el trabajo y “supo hacerlo desde una visión concebida desde la concepción cristiana”.
Después del eclesiástico, ha subido al estrado el periodista Raúl del Pozo, para quien Cibeles es “la estatua de la libertad” de los madrileños, y ha dicho que “salir de Madrid es siempre un error”, en tanto que la capital es, en sí mismo, la “ciudad del amor libre”. “Es el mayor honor de mi vida”, ha añadido.
Finalmente, ha sido el embajador de Ucrania, Serhii Pohoreltsev, quien ha recibido la medalla en nombre de su pueblo, ha destacado la “demostración de solidaridad de los madrileños con los ucranianos” y ha agradecido la “acogida” que, en su opinión, está brindando la capital a los refugiados que huyen de la guerra.