Odesa, en el sur, y Lugansk, en el este, han este sábado los objetivos principales de la ofensiva rusa. Odesa, en el Mar Negro, ha sido la más afectada. Dos misiles han alcanzado una instalación militar y dos edificios residenciales, matando a cinco civiles e hiriendo a dieciocho.
La planta acerera de Azovstal de Mariúpol ha sido de nuevo bombardeada, al tiempo que tropas rusas intentan otra vez tomarla por asalto. De momento, los defensores resisten, a pesar de que más de la mitad están heridos.
Rusia ha frustrado un nuevo intento de evacuar a civiles de la ciudad sitiada. Alrededor de 200 de los 120.000 civiles que quedan en Mariúpol, que se habían reunido para ser evacuados, han sido dispersados por las tropas rusas.
En Bucha ha concluido la exhumación de 412 civiles muertos por el Ejército ruso. Lo más duro ha sido el proceso de identificación de los cadáveres por parte de sus familias, y el estado en el que se encontraban, muchos torturados o quemados.
Los servicios de emergencia continúan las operaciones de búsqueda y rescate en las ciudades bombardeadas durante la ocupación. Este es el estado en el que se encuentra la ciudad de Chernihiv, duramente bombardeada desde el inicio mismo de la guerra.
Por su pare, el Papa retoma su agenda después de anular su agenda para someterse a análisis médicos. En dos audiencias ofrecidas en El Vaticano, Francisco ha vuelto a criticar la guerra porque “destruyen a todos”.
Una actitud diferente a la del patriarca Kirill, jefe de la Iglesia Ortodoxa Rusa, criticado por su tibieza con Putin. En la celebración en Moscú de la Pascua se ha limitado a pedir que las heridas de la división sean curadas por la gracia divina.
Y Ucrania resiste. Irina Heidenbluth es una ucraniana que reside desde hace 30 años en Alemania. La fábrica de cervezas en la que trabaja en Düsseldorf ha elaborado una edición especial de su cerveza para recaudar fondos y mostrar su solidaridad con el pueblo ucraniano. “Irina ha preparado una sopa de remolacha y yo dos tipos de licor, dice Tea Ungerman, directora de la fábrica. Para dar algo de alegría a los refugiados llegados a nuestra ciudad”.