Tras un mes de lucha contra las tropas rusas, el ejército ucraniano ha renunciado a la estratégica localidad de Severodonés.
Las tropas rusas y las milicias de la autoproclamada república de Lugansk (RPL) entraron hoy en Lisichansk, la última plaza fuerte ucraniana en esa región oriental, y ya combaten dentro de la ciudad, informó un portavoz militar de la RPL. La retirada de los soldados ucranianos se ha producido tras incesantes bombardeos, que han reducido a escombros buena parte de la ciudad. Casi toda su infraestructura de electricidad, agua y comunicaciones ha sido destruida.
Una ciudad arrasada
Las tropas rusas lanzaron anoche y de madrugada decenas de misiles sobre territorio ucraniano con el objetivo, según las autoridades ucranianas, de desviar la atención del Donbás y de Lugansk e involucrar aún más a Bielorrusia en la guerra contra Ucrania.
La inteligencia ucraniana considera además que los ataques con misiles lanzados contra territorio ucraniano desde el espacio aéreo bielorruso durante la noche forman parte de una "provocación a gran escala" de Rusia para involucrar más aún a Bielorrusia en la guerra.
Además, el Ministerio de Defensa de Rusia informó hoy de que las fuerzas ucranianas sufrieron más de 780 bajas mortales, entre ellas "hasta 80 mercenarios polacos", como resultado de los ataques aéreos y del fuego de artillería de las fuerzas rusas.